VOL. 138 Amanecer
「Puedo pensar que va a ser un día especial cuando me quedo embobado viendo el cielo azul tras el amanecer.」
「Puedo pensar que va a ser un día especial cuando me quedo embobado viendo el cielo azul tras el amanecer.」
Foto por Kazuya Kamenashi |
Un día que empecé junto con el amanecer.
Ejercitar el cuerpo desde por la mañana temprano sienta muy bien. Encontré la mejor de las aficiones y he podido equilibrar el trabajo con cuidarme a mí mismo.
Para mí, el amanecer es "el momento de quedarme embobado". En el trabajo, hay veces que tengo un rodaje antes del amanecer y luego llego a casa de madrugada y tal cual así recibo a la mañana. Es que me pongo a leer en profundidad el guion o me engancho a ver una película. Me olvido del tiempo y me quedo absorto haciendo cualquier cosa y así muchas veces pasa que me encuentro con el amanecer. Y sin darme cuenta el cielo ya está azul y su luz renueva mi cuerpo y mente y me doy cuenta de la cantidad de tiempo que ha pasado. Es un instante de felicidad en el que pienso que ese día va a ser un día especial.
Es un tesoro el recuerdo que tengo de cuando vi el amanecer en el mar con mi hermano pequeño con el que me había peleado.
Hay un amanecer que nunca olvidaré. Hace mucho tiempo, cuando estaba rodando un dorama de madrugada, fui a dar un paseo en coche al mar con mi hermano pequeño. Por aquel entonces, mi hermano era todavía muy joven, era cuando mi nombre estaba empezando a ser reconocido y habíamos tenido una gran pelea. Él estaba en plena pubertad y se quejaba y no le gustaba que allá donde fuera siempre le llamaran "el hermano de Kamenashi Kazuya". Además, él sentía que no iba a mejor la cosa en el futuro. Y entonces, por primera vez, le llevé en mi coche, un coche grande de marca estadounidense al que le tengo mucho aprecio, y fuimos a la playa. Llegamos al parque Kasai Rinkai. Estuvimos hablando hasta el amanecer en plan: "¿Qué vas a hacer con el instituto?", "No quiero ir más", "¿Por qué dices eso?". Aún de vez en cuando me viene a la cabeza la belleza del mar al amanecer de ese día. Por cierto, ese día también tenía rodaje por la mañana así que después de dejar a mi hermano en casa, me fui tal cual sin dormir al lugar de rodaje. Por aquel entonces yo estaba hasta arriba de trabajo, pero aun así fui a pasar un rato con mi hermano y es un recuerdo que guardo con cariño. Y ahora que mi hermano es ya un hombre adulto, cuando salimos a comer juntos, de vez en cuando sale la conversación de ese día. Creo que yo no he cambiado nada desde entonces. Porque yo siempre he vivido dedicando mi vida a mi familia, amigos y a los demás. Estoy feliz de poder ayudar a los que me rodean, incluso si estoy un poco sobrecargado de trabajo tanto física como mentalmente. Tal y como escribió Kitawawa (Eriko)-san en el dorama Tatta Hitotsu no Koi cuando yo tenía 20 años, incluso en mi vida privada, a menudo me regañan por ser demasiado amable. A día de hoy ni yo mismo sé si es una amabilidad real. Es que, al depender yo de la gente y dejar que la gente dependa de mí, se amplifica esa dependencia mutua que sentimos (y no sé si soy amable para que otros lo sean conmigo).
De lo que me he dado cuenta al llegar a la mitad de los 30, es que la vida también hay que vivirla por el bien de uno mismo. Vivir por el bien de los demás también da la felicidad, pero yo creo que ser un poco egoísta de vez en cuando te lleva por el camino de la felicidad propia y ajena. En ese sentido puede que yo esté ante un nuevo renacer. Si comparamos mi vida con una línea de tiempo, ahora son las 3 de la mañana del segundo día. Digamos que nací en la madrugada del primer día y he vivido 36 años en los que la mañana del primer día fue mi juventud, seguido del medio día brillante que fue el debut y por último la noche en la que no se podía ver qué es lo que venía a continuación. Y ahora estoy en la tranquilidad de la noche de madrugada. Siento como que la vida del segundo día está a punto de comenzar y a la vez voy disfrutando de esta noche tan valiosa. Sin prisa alguna. Es una época en la que no deja de haber cambios en el mundo. Ni yo ni nadie sabemos qué nos deparará la vida. Pero ahora soy capaz de pensar que no importa lo que pase: todo va a estar bien. Aunque no es que hasta ahora haya estado sentado de brazos cruzados. He estado siempre dándolo todo en el trabajo que se presentase ante mí. He estado saliendo adelante noche y día y siempre he pensado que todo saldría bien de una forma u otra.
En otoño comenzaré el rodaje de un nuevo dorama y volverán los días ajetreados. Y ya tengo muchos nuevos proyectos interesantes para 2023. Para no arrepentirme nunca de nada, voy a concentrarme en el presente y voy a esperar con ansias el amanecer del segundo día que será aún más hermoso.
Si comparamos mi vida con una línea de tiempo, ahora son las 3 de la mañana del segundo día y pronto comenzará una nueva mañana.
Punto fijo de observación de Kame
Ya en mitad de noviembre, Kamenashi-san por fin va a comenzar el rodaje de su nuevo trabajo. Por primera vez en mucho tiempo ha podido pasar un verano tranquilo y le ha servido como nutriente para comenzar el otoño ahora. "He disfrutado del golf como siempre y he saboreado el otoño de todo Japón. He hecho cosas como un viaje de un día a Kyoto a probar un menú degustación de setas matsutake (risas). ¡El shabushabu de setas con cebollino de Kansai estuvo delicioso! Y luego un amigo me presentó a unos diseñadores muy interesantes con los que pude estar hablando así que se convirtió en una noche para recordar. ¡Eso me dio fuerzas para darlo todo ahora en el rodaje!"POR MAQUIA
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Thank you !
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